El funcionario municipal acudió a informes de la tragedia, pero la mujer decidió sacar a su hijo del lugar porque lanzaba improperios en contra de los agentes investigadores y peritos que realizaban diligencias.
“Ya me voy a llevar a Baldo, estaba diciendo cosas sin sentido y los policías se enojaron”, dijo la mujer al hablar por teléfono con un familiar.
Eran a las 03:30 horas, Baldo, ya sin camisa, caminó junto a una pared, donde golpeó con sus puños, abrazó a sus dos amigos con quines convivía con los ahora extintos y después se retiró.
En el lugar, con una bolsa de mandado, también una afligida mujer arribó para conocer del caso.
Era la madre de José Ismael, quien no identificó a su hijo entre los fallecidos y por lo cual abordó un taxi del sitio de San Sebastián Teitipac, Tlacolula que pasaba por el lugar y se trasladó al hospital civil. “Voy a ver a mi hijo, dicen que está lesionado”, explicó a un policía municipal.
En la fría madrugada, familiares y amigos arribaron al lugar, donde al conocer la tragedia soltaron en llanto.
Baldo, uno de los testigos, habría identificado a los presuntos responsables, pero el estado inconveniente en que se encontraba, lo llevaron a dormir a su domicilio.
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